sábado, 18 de febrero de 2023

Scrisoare Circulara PF Lucian privitor la situația critică din Turcia și Siria


Blaj, 17 februarie 2023


Preasfințiile Voastre,


Cucernici Părinți

Cuvioși călugări și călugărițe,

Iubiți credincioși,


Societatea zilelor noastre este marcată de situația critică din Turcia și din Siria, unde zeci de mii de persoane și-au pierdut viața în urma cutremurelor devastatoare care au avut loc, iar multe familii și-au pierdut locuințele.


Biserica Română Unită cu Roma, Greco-Catolică, răspunde invitației Confederației Caritas România de a sprijini victimele acestor cutremure, unindu-se întregii Biserici Catolice în spiritul de solidaritate creștină și evanghelică pe care Biserica îl propovăduiește.


Este momentul pentru a oferi un semn concret de susținere și de iubire fraternă venind în sprijinul tuturor persoanelor aflate în dificultate indiferent de religie, apartenența etnică sau zonă geografică, manifestând compasiune și solidaritate cu victimele acestui dezastru natural și cu familiile acestora.


În acest sens, dispunem și binecuvântăm în toate Eparhiile Bisericii noastre organizarea unei colecte, duminică 5 martie 2023, la 46 de ani de la producerea ultimului cutremur devastator care a avut loc în România pe 4 martie 1977, cu scopul ajutorării victimelor cutremurelor din Turcia și Siria.


Sumele colectate vor fi transmise de către Birourile de Contabilitate ale Episcopiilor noastre către Nunțiatura Apostolică în România până pe data de 15 martie 2023, care le va transmite spre destinatari.


Cerând Bunului Dumnezeu, prin mijlocirea Maicii Sfinte, inimi generoase în ajutorarea fraților aflați în nevoie, rămânem uniți în rugăciune și în comuniune de slujire.


Cu arhierești binecuvântări,


+ Cardinal Lucian,
Arhiepiscop Major al Bisericii Române Unite cu Roma, Greco-Catolică

domingo, 5 de febrero de 2023

El período del Triodio


“Para no hacer inútil el ayuno"

"Ayunando de alimentos, alma mía, sin purificarte de las pasiones, en vano te alegras por la abstinencia, porque si ésta no llega a ser para tí ocasión de corrección, eres mentirosa y odias a Dios y te asemejas a los demonios que no comen nunca. No hagas, por tanto, inútil el ayuno pecando, sino permanece inmóvil bajo los impulsos inconscientes, dándote cuenta que estás junto al Salvador crucificado, o mejor que estés crucificada junto a Aquél que por ti ha sido crucificado, gritándole: acuerdate de mí Señor, cuando llegues a tu Reino".

Este tropario de la tercera semana de la pre-cuaresma en la tradición bizantina, resume de modo incisivo lo que es el periodo cuaresmal de cualquier tradición cristiana: el ayuno y la abstinencia son vanos si no se corresponden con una verdadera conversión del corazón.

En la tradición bizantina el periodo de diez semanas que precede la Pascua es llamado Triodion - nombre que indica las tres odas bíblicas cantadas en el oficio matutino - y comprende la pre-cuaresma y la cuaresma. El periodo pre-cuaresmal es común a todas las tradiciones litúrgicas cristianas, del Triodion bizantino, al Ayuno de los ninivitas siríaco, al Ayuno de Jonás de los coptos, a la Septuagésima en la antigua tradición latina.

También se llama Triodio el libro litúrgico usado por la Iglesia bizantina para este período. El período que cubre el libro se extiende desde el Domingo del fariseo y el publicano (la décima semana antes de Pascua: veintidós días antes del comienzo de la Gran Cuaresma), y concluye con el oficio de medianoche del Sábado Santo. El libro del Triodio contiene, pues, los propios para:


-El período de Pre-Cuaresma, comienza con una semana en la que no hay ayuno, incluidos los miércoles y viernes, que normalmente se mantienen como días de ayuno durante todo el año (con pocas excepciones).


-La semana siguiente se llama de Carnaval (gr. Apókreō; literalmente: "Dejar de comer carne"). El Carnaval marca el cambio de dieta a la práctica de ayuno de la Cuaresma: la carne ya no se come después del Primer Domingo (es decir, el octavo domingo antes de la Pascua), mientras que para la semana siguiente, que culmina el Domingo de ‘Quesoval’, justo antes del Lunes Limpio o Puro, se puede comer leche y productos lácteos, pero no carne ni huevos.


-Los Cuarenta Días de Gran Cuaresma en sí, que comienzan el Lunes Limpio o Puro, y para los cuales se trata de una dieta sin productos de origen animal, con el agregado de que en muchos días también se excluye el uso de aceite. En dos fiestas específicas durante la Cuaresma (la Anunciación y el Domingo de Ramos), se permite el pescado. El ayuno se prescribe hasta la Pascua.


-Sábado de Lázaro y Domingo de Ramos.


-Semana Santa (incluido el oficio de medianoche de Sábado Santo).


La cuaresma bizantina, verdadera y propiamente, comprende cuarenta días - del lunes de la primera semana al viernes anterior al Domingo de Ramos - y trata las semanas de lunes a domingo, presentando el camino semanal hacia el Domingo al igual que la misma Cuaresma hacia la Pascua. También hace una clara distinción ente el sábado y el domingo y los demás días: en los primeros se celebra la Divina liturgia (el domingo con la anáfora de san Basilio, el sábado con la de san Juan Crisóstomo), mientras que en los días feriales solo el oficio de las horas, añadiendo durante las vísperas del miércoles y el viernes la Liturgia de los Presantificados, es decir, la comunión con el Cuerpo y la Sangre del Señor consagrados el domingo anterior. 

La cuaresma bizantina es un periodo muy rico en la elección de los textos bíblicos: salmos, lecturas; en la himnografía y en las lecturas de los padres. Los textos himnográficos se centran, sobretodo, en el tema del alma humana, dominada por el pecado, que encuentra por medio de la Cuaresma la posibilidad de la salvación. En los cuatro domingos de la pre-cuaresma encontramos los grandes temas que marcan el camino cuaresmal: la humildad (domingo del publicano y del fariseo); el retorno a Dios misericordioso (domingo del hijo prodigo); el juicio final (domingo de carnaval), el perdón (domingo de los laticinios). En este último domingo se conmemora la expulsión de Adán del paraíso: Adán, creado por Dios para vivir en comunión con él en el paraíso, a causa del pecado ha sido expulsado de allí, pero en la cuaresma comienza el camino de retorno que culminará cuando Cristo mismo, en el misterio pascual, desciende a los infiernos y le da su mano para llevarlo de la muerte y regresarlo al Paraíso, que es casi perfonificado en la oración de la Iglesia. Al final de las vísperas del cuarto domingo se celebra el rito del perdón con el cual se inicia la cuaresma. 

La cuaresma dura cuarenta días, con cinco domingos. En cada uno de ellos vemos un doble aspecto: por una parte las lecturas bíblicas que preparan al bautismo, por otra los aspectos históricos y hagiográficos. En el domingo de la Ortodoxia la vocación de Felipe y Natanael es modelo de la vocación de cada ser humano y se celebra el triunfo de la ortodoxia sobre la iconoclastia y el restablecimiento de la veneración de los iconos. En el domingo de san Gregorio Palamas se recuerda la fe del paralítico curado por Cristo. El domingo de la Exaltación de la Santa Cruz está dedicado a la veneración de la Cruz victoriosa de Cristo, llevada solemnemente al centro de la iglesia y es venerada por los fieles durante toda la semana como signo de victoria y de gloria, no de sufrimiento. En el domingo de san Juan Clímaco, modelo de ascesis, se celebra la curación del endemoniado, y en el de santa María Egipciaca, modelo de arrepentimiento, el anuncio de la resurrección. El sábado de la quinta semana se canta el himno "Akathistos", oficio dedicado a la Madre de Dios. 

La sexta y última semana de cuaresma, llamada de Ramos, tiene como centro la figura de Lázaro, el amigo del Señor, desde el momento de la enfermedad, hasta la muerte y su resurrección. Los textos nos acercan a aquello que se manifestará plenamente en los días de la Semana Santa, es decir, la Filantropía de Dios manifestada en Cristo, su amor real y concreto por el hombre. Toda la semana está enmarcada en la contemplación del encuentro, ya cercano, entre Jesús y la muerte, la de su amigo primero, la suya propia la semana después. Los textos litúrgicos nos invitan a involucrarnos en este camino de Jesús hacia Betania, hacia Jerusalén. En la Liturgia bizantina no somos nunca espectadores, sino siempre somos participantes y concelebrantes, presentes en la liturgia y en el evento de salvación que la liturgia celebra. Con las vísperas del sábado de Lázaro se concluye el periodo cuaresmal. 

A lo largo de toda la cuaresma, la tradición bizantina recita al final de todas las horas del oficio la oración atribuida a san Efrén el Sirio, que resume el camino de conversión de cada cristiano: "Señor y Soberano de mi vida, no me des un espíritu de pereza, de indolencia, de soberbia, de vaniloquio. Dame, a mí, tu siervo, un espíritu de sabiduría, de humildad, de paciencia y de amor. Sí, Señor y Rey, dame el ver mis pecados y el no condenar a mi hermano, porque tú eres bendito por los siglos".

Manuel Nin, L'Osservatore Romano del 25 de Febrero de 2009. Traducción del original italiano: Salvador Aguilera López


Fuente: lexorandies.blogspot.com / Varias
Adaptación propia

miércoles, 1 de febrero de 2023

¿Qué desafíos afrontan los católicos de rito oriental?


Los capellanes de las comunidades de rito oriental en España celebran su encuentro anual en Madrid con el objetivo de formarse, hacer fraternidad y compartir dificultades como la dispersión o el desconocimiento


El Ordinariato para los fieles católicos de rito oriental en nuestro país se reunió la pasada semana en Madrid en el encuentro que, desde que se creó en 2016, se ha venido celebrando todos los años, exceptuando el de la pandemia. Estuvo presidido por el ordinario, cardenal Carlos Osoro, y a él asistieron 32 de los 35 sacerdotes capellanes de cada una de estas comunidades orientales. Una de las cuestiones que surgió fue precisamente cómo dar a conocer la realidad de los ritos católicos orientales. «Muchas veces falta conocimiento por parte de los sacerdotes de las diócesis —explica Andrés Martínez, vicario del Ordinariato—; otras, se confunden con los ortodoxos, cuando son tan católicos como nosotros». Por eso, el acercamiento de los ritos latino y oriental «sería una riqueza», porque además este último, apunta el vicario, viene de «iglesias martiriales, perseguidas por su fidelidad al Papa». Y «son gente muy piadosa»; los de rito bizantino, por ejemplo, «escuchan el Evangelio de rodillas», destaca.


El padre Sorin Catrinescu es el sacerdote de rito grecocatólico que atiende a la comunidad rumana de Granada. Desgrana las dos dimensiones de encuentros como el vivido en Madrid: la formativa —este año, sobre aspectos económicos— y la de amistad. «Todos, en el fondo, tenemos la misma problemática: la migración y cómo salir al encuentro del migrante, cómo mantener las comunidades, hacerlas vivir». Alude aquí a uno de los grandes retos que perfila Martínez, porque estas capellanías no son territoriales, como en una parroquia al uso, sino personales, integradas por las personas del propio país. Así, «los fieles están dispersos por toda la provincia o por varias provincias». En el caso de Catrinescu fue más fácil al comienzo porque él llegó, hace ya 20 años, a un pequeño grupo de Motril y Castell de Ferro. «En las comunidades rurales se da mejor el encuentro, la migración está más localizada». Sin embargo, en las realidades urbanas el gran reto no es solo el encuentro, sino el «hacer comunidad, especialmente a nivel religioso, cuando vivimos en un mundo que no es religioso» en el que los migrantes, explica, muchas veces piensan más en trabajar y hacer dinero para enviar a su familia.


Como Catrinescu, el encuentro reunió a sacerdotes de los ritos bizantinos ucraniano y rumano, siro-malabar de India, y maronita de Líbano. El vicario del Ordinariato apunta otro de sus desafíos, el de las familias. Más de la mitad están casados y, por tanto, «tienen hijos a los que hay que educar, darles de comer, y tienen un sueldo de sacerdote… Es una pastoral muy exigente». Junto a esto emerge una tercera clave: la integración. «Ellos se enfrentan a la dificultad de la lengua; una vez aprendida, es más fácil», pero siempre existe el «peligro», observa Martínez, «de centrarse más en los migrantes».


De la comunidad ucraniana de Valencia estuvo presente su capellán, el padre Basilio Boyko. Llegó a la capital del Turia «por tres años que se han convertido ya en 18», se sonríe. Había allí «un grupo bastante numeroso que se empezó a reunir en un monasterio de clarisas»; desde hace dos años, y con una comunidad ya muy estable en la propia Valencia, Gandía, Denia y Guadassuar, se encuentran en la parroquia del Pilar. Además, tienen un colegio en el que atienden ahora al doble de niños por la llegada de los refugiados, y en el que «aprenden el idioma, la cultura, la literatura…». «Aquí nos sentimos como en casa», reconoce el padre Basilio, y aunque «la comunidad es perseverante», porque para ellos es como «un refugio», no faltan los obstáculos, como la hora larga de viaje que les cuesta a algunos el ir a Misa. Todas estas preocupaciones se comparten durante los encuentros, pero también, concluye Andrés Martínez,  «soluciones pastorales y experiencias positivas».


Begoña Aragoneses



Fuente: Alfa y Omega